Los perros son animales que se comportan en forma similar a los lobos. Viven en manadas y establecen jerarquías muy específicas como dominantes o subordinados. Cuando un perro se integra a una familia también establece con sus dueños una jerarquía de subordinación o dominancia de acuerdo a su temperamento natural. Si un perro es dominante, se impone y consolida esta característica generara un comportamiento inadecuado y le traerá problemas a la familia con la que vive.
Los síntomas de un perro dominantes puede ser que se le ordene algo y no obedezca, se ponga agresivo, sea demasiado celoso con algún miembro de la familia, ladre demasiado, rompa cosas, no se lleve bien con otras mascotas, entre otros. El comportamiento dominante de un perro es a causa de la forma en que sus dueños se relacionan con él, no hay que culparlo. Es importante sabe que siempre se puede corregir con cariño y entrenamiento a un perro dominante para que mejore su comportamiento. Lo ideal es comenzar a educarlo desde cachorro pero si el animal es adulto también aprenderá las lecciones. Todos los integrantes de la familia deben colaborar en la educación para que sea más fácil para el animal y comience a respetar a todos sus dueños. Un perro dominante no tiene respeto ni considera un líder a sus dueños por eso hace lo que quiere y no lo que esperamos. Para modificar este comportamiento debemos tomarnos tiempo para marcarle que queremos que haga y que no, premiando cuando actúa bien y corrigiendo cuando no lo hace.
Es útil usar la correa para enseñarles órdenes básicas o mostrarle que no puede entrar a ciertos lugares ya que la correa nos permite corregirlos sin lastimarlos. Puede llevar algo tiempo ganarnos el respeto y convertirnos en lideres ante nuestro perro más un si antes le permitimos ser dominante pero si se insiste con el entrenamiento se consiguen excelentes resultados. El liderazgo debe ser una característica siempre de las personas nunca del perro para lograr una buena relación entre ambos. Lo cual no significa gritarle, agredirlo o ser indiferente con él. Ser su líder es marcarle que puede hacer, donde y cuando para que él se comporte de forma adecuada y la vida familiar sea armoniosa. Si nosotros solos no podemos debemos consultar a un adiestrador profesional que use técnicas no agresivas con el animal.